domingo, 17 de junio de 2012

.Sonisphere (y2).

Volvía el festival al pueblo. Después de hacerlo en el erial ese que llamaban Getafe Open Air (venga coño con los nombrecitos) regresaba al terreno de aquel Electric Weekend de la muerte. Este año, con un cartel en el que, obviamente, resaltaban Metallica. Háblame de Offspring, háblame de Slayer, háblame de Machine Head, háblame de Soundgarden............ tonterías. El Sonisphere de este año ha sido por y para Metallica. Bueno, como casi todo donde Metallica vaya a tocar. Son tan grandes que todo se mueve por ellos. Una máquina inmensa de hacer y mover dinero. Pero eso son otras historias. Ahora, sensaciones.

Con un calor de mil demonios, asistimos a los conciertos que nos apetecían más. Antes de nada, me gustaría hablar de unas cosillas que me llaman poderosamente la atención. Primero la gente. Un poco zombie, la verdad. Lo digo porque a veces era el único que saltaba...... no lo comprendo. Y segundo (y tiene relación), el Black Circle ese..... Puedes hablarme de tácticas de marketing o para sacar unos cuantos miles de euros más al público. Pero la esencia del concierto te la cargas. Eso de poner una barrera a 40 metros del escenario para que "los vips que pagan más" estén agusto me parece un poco tontería. Pero claro, si la gente acepta... Seguid asi, estúpidos, de aqui a poco, vamos a ir a los conciertos en butaca. He leido algún comentario por ahi de peña que dice, "es que no quiero que un sudoroso me restriegue sus pelos por el cuerpo...." Pues no vayas a un concierto "en directo". Te gastas 50 euros en el dvd y te quedas en tu puta casita viendo a tu grupo favorito. Porque eso no es un cocierto. En un concierto saltas. Te pisan. Te das de hostias con cincuenta personas que disfrutan igual que tú. Tiras y te tiran cerveza. Te diviertes con todo lo que ello conlleva. Cojones.......

Pero bueno, volvamos a lo que importa. El primer día fue duro. Después de madrugar y currar como un gilipollas toda la semana, las fuerzas llegan justitas para pasar un Viernes. Pero las sacamos de los interiores y nos dispusimos a disfrutar. La música es lo que tiene.

Nos cocemos antes de entrar. Y pasamos para ver a Limp Bizkit. Que como no. Decepcionan. Algún tema interesante, pero en general un concierto flojo. Fred Durst haciendo de las suyas, con su pose de tio duro y payaso chungo. Una base musical muy sólida (es lo mejor de este grupo) en la que resalta, como no, Wes Borland. Eso si, sin el puto DJ Lethal. No sé que habrá sido de el. Y la verdad, ni me importa. Al final, "el momentazo" del concierto (Sarcasmo Mode = ON). Faith y un grupo de chicas a subirse al escenario a hacer de groupies moviendo los pechos. Que triste. Que Limp Bizkit. Después Offspring. Y a saltar como un tonto. Creo que era el único. Como no, comienzo con All I Want (ya ya ya ya yaaaaaaaaaaaa) y casi una hora de hits de radio fórmula punketa popera. El señor Dexter Holland y los suyos encontraron la gallina de los huevos de oro en el estribillo pegadizo. Mayores, pero efectivos. Sin duda alguna fue el concierto en el que más disfruté.Y cerramos el Viernes. Primero con Soundgarden. Que sí, que fueron grandes con el grunge y toda esa mierda. Pero son unos pesados de cojones. Un colega me dijo, "hay que verlos, que son míticos". Pues sí,  pero muy de lejos.... Y segundo, con Machine Head. No sé a quién o a qué han colocado en Last Tour para hacer los horarios. Pero programar a Machine Head a las 3 de la mañana es un error. Y punto. Mira que son uno de mis grupos preferidos, pero tremendo error hacer un concierto prácticamente integro de su Unto the Locust. Todo errores oiga.

Y llega el sábado. Y llegan casi 60000 personas a ver a Metallica. Mucha gente. Mucho calor. Vemos por encima a Children Of Bodom. Sé quienes son aunque no he escuchado nada de su música, pero vas con más gente y es lo que hay. Exáctamente igual que con Mastodon. No tengo nada que decir de ellos, con lo que no diré nada. Nos hacemos hueco para mis queridos Slayer. Nunca me han decepcionado en directo y esta vez no iba a ser menos. Saltos, Sudor y Hostias. Slayer. Esencia Thrash. Señores de Last Tour, si antes de estos hubieran metido a Machine Head y no la mierda gótica esa de los Within Temptation otro gallo habría cantado al sábado. Pero claro, es dificil tener contento al público. Y tras Slayer, el plato fuerte. Tras hacer una parada para reponer fuerzas bebiendo y comiéndome tres sandwiches de choped, nos posicionamos lejos que te cagas (ya los he visto de cerca otras veces y no apetecía) para disfrutar de Metallica. Y qué se puede decir. Te subo un poco los decibelios para resaltar, tienes fuegos artificiales y tocas de la hostia. Pan y circo. Son máquinas y disfrutas. Se les ve que disfrutan tocando y James Hetfield parace más joven que antes. Como lo hará el hijoputa... Suena todo el Black Album y los temazos de siempre. Es que no te lo puedes pasar mal. Después por exigencias del guión (la ex-novia de un colega) tenemos que tragarnos a Evanescence. Y no me jodas que me incomodas. No diré más, bueno sí, que mucho efecto de voz y mucha mierda. Y para finalizar este megafestival, vemos de pasada a Clutch. Había escuchado su nombre pero no he oido nada. Pero lo haré. El rock sureño que se marcaron me gustó y me calló bien el barbas del cantante. Y cerramos, ya agotados, con Fear Factory. No las tenía todas conmigo con este concierto. Y así fue. Correctos en sonido, menos la voz de Burton C. Bell. Se hace mayor o está borracho y no llega a las notas. Pero bueno, una mala noche la tiene cualquiera.

Y esto es todo. Te acoplas a la carpa y esperas entre botellas, vasos aplastados y colillas hasta que abre el tren para volver a casa. Con la sensación rara de habértelo pasado bien, pero sepultado por el cansancio. Pero es lo que tiene la música. Que aunque joda y canse, mola.

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