Sobre el paso del tiempo y los calvos en el Metal.
Varios días después escribo esto. Con las sensaciones de la noche en la sala Penélope ya bajas. Pero manteniendo algunos recuerdos en la retina. Fue una noche extraña. Hasta el último momento algunos no tuvimos intención de ir (por miedo hacia la sala más que nada) pero al final, los planetas se alinearon y fuimos. También, habiendo visto meses atrás a los cabezas de cartel en el Sonisphere en la Aldea de Madrid, había cierto nerviosismo por ver si el concierto iba a ser igual o peor. Y por desgracia, fue igual.
Como siempre (como me gustan estos planes) nos tomamos un par de litronas fuera de la sala. Recordando batallas y calentándonos. Y tras estos litros rápidos pasamos, a la más discoteca que sala de conciertos, cuando estaban montando el equipo del señor Devin Townsend. El calvo mágico, como le bautizó mi colega B. Sabía de su exisitencia gracias a Strapping Young Lad (años hace y ya extintos) pero no tenía ni idea de este proyecto. Respaldado por dos barbudos muy barbudos al bajo y guitarra, y por un batería muy notable, el señor Devin nos deleitó con su virtuosismo musical, con su locura mental y nos mostró su Rock Progresivo (no sé si será el término justo) Ya me pierdo con los nombres. El caso, fue un concierto muy correcto, con mogollón de cambios de guitarra y con la gente bastante entregada. Me dio la sensación de que había más personas con Devin Townsend Project que con Fear Factory. Pero bueno, es lo que hay.
Acaba el calvo mágico y la gente se va de la sala o se va a pillar bebida, nosotros aprovechamos para posicionarnos algo más cerca del escenario. Entre las dos inexplicables columnas que cortan la visión. Pero es lo que tiene ser más dicoteca que sala de conciertos. Pasadas las diez y media (creo recordar) salieron los cabezas de cartel. Fear Factory. Primero salieron a escena Matt DeVries al bajo y Mike Heller a la batería (dejando claro que son los nuevos, los de apoyo, los pequeños) para luego aparecer El Gordo Cazares y Burton C.Bell. Musicalmente siguen siendo brutales. Y aunque las nuevas adquisiciones hacen muy bien su trabajo, se echa mucho de menos la presencia de Christian Olde Wolbers y Raymond Herrera. La formación original vamos. Cualquier tiempo pasado fue mejor, que dirían. Y es verdad, porque se nota que la parte más antigua del grupo se hacen mayores, muy mayores. Y se nota que ya no son los de antes. Sobre todo (obviamente) se aprecia en la manera de cantar de Burton. Guturalmente, aguanta como un león, es más, casi mejora con el tiempo. Pero melódicamente, ya no llega a prácticamente nada de lo que hacía antes. Aunque se agradece el esfuerzo que hace. Se notan la tablas de 20 años de carrera. Y aunque no llegue, si que se mueve, gesticula y se concentra en el público (el poco de esta noche). Tocaron varias canciones de prácticamente todos sus discos. Bueno, de todos los discos en los que aparece Dino Cazares. Shock, Edgecrusher, Acres of Skin, Lichpin, Martyr, Self Bias Resistor (casi me da algo) y como no, su himno Replica. Las carencias de unas partes las suplantaron mediante los temazos. Haciendo del concierto del Jueves un concierto correcto. Igual al del festival. Personalmente tenía mis dudas sobre si iba a ser mejor, y acerté. No mejoraron, pero por lo menos no fueron a peor. Gracias a las tablas.
Como nota absurda, me gustaría reseñar la de calvos y poco pelos que hay hoy en día en el mundo del metal. Pelo rapado y perilla (barba) debe de ser moda ahora......en fin, están locos estos romanos.
Varios días después escribo esto. Con las sensaciones de la noche en la sala Penélope ya bajas. Pero manteniendo algunos recuerdos en la retina. Fue una noche extraña. Hasta el último momento algunos no tuvimos intención de ir (por miedo hacia la sala más que nada) pero al final, los planetas se alinearon y fuimos. También, habiendo visto meses atrás a los cabezas de cartel en el Sonisphere en la Aldea de Madrid, había cierto nerviosismo por ver si el concierto iba a ser igual o peor. Y por desgracia, fue igual.
Como siempre (como me gustan estos planes) nos tomamos un par de litronas fuera de la sala. Recordando batallas y calentándonos. Y tras estos litros rápidos pasamos, a la más discoteca que sala de conciertos, cuando estaban montando el equipo del señor Devin Townsend. El calvo mágico, como le bautizó mi colega B. Sabía de su exisitencia gracias a Strapping Young Lad (años hace y ya extintos) pero no tenía ni idea de este proyecto. Respaldado por dos barbudos muy barbudos al bajo y guitarra, y por un batería muy notable, el señor Devin nos deleitó con su virtuosismo musical, con su locura mental y nos mostró su Rock Progresivo (no sé si será el término justo) Ya me pierdo con los nombres. El caso, fue un concierto muy correcto, con mogollón de cambios de guitarra y con la gente bastante entregada. Me dio la sensación de que había más personas con Devin Townsend Project que con Fear Factory. Pero bueno, es lo que hay.
Acaba el calvo mágico y la gente se va de la sala o se va a pillar bebida, nosotros aprovechamos para posicionarnos algo más cerca del escenario. Entre las dos inexplicables columnas que cortan la visión. Pero es lo que tiene ser más dicoteca que sala de conciertos. Pasadas las diez y media (creo recordar) salieron los cabezas de cartel. Fear Factory. Primero salieron a escena Matt DeVries al bajo y Mike Heller a la batería (dejando claro que son los nuevos, los de apoyo, los pequeños) para luego aparecer El Gordo Cazares y Burton C.Bell. Musicalmente siguen siendo brutales. Y aunque las nuevas adquisiciones hacen muy bien su trabajo, se echa mucho de menos la presencia de Christian Olde Wolbers y Raymond Herrera. La formación original vamos. Cualquier tiempo pasado fue mejor, que dirían. Y es verdad, porque se nota que la parte más antigua del grupo se hacen mayores, muy mayores. Y se nota que ya no son los de antes. Sobre todo (obviamente) se aprecia en la manera de cantar de Burton. Guturalmente, aguanta como un león, es más, casi mejora con el tiempo. Pero melódicamente, ya no llega a prácticamente nada de lo que hacía antes. Aunque se agradece el esfuerzo que hace. Se notan la tablas de 20 años de carrera. Y aunque no llegue, si que se mueve, gesticula y se concentra en el público (el poco de esta noche). Tocaron varias canciones de prácticamente todos sus discos. Bueno, de todos los discos en los que aparece Dino Cazares. Shock, Edgecrusher, Acres of Skin, Lichpin, Martyr, Self Bias Resistor (casi me da algo) y como no, su himno Replica. Las carencias de unas partes las suplantaron mediante los temazos. Haciendo del concierto del Jueves un concierto correcto. Igual al del festival. Personalmente tenía mis dudas sobre si iba a ser mejor, y acerté. No mejoraron, pero por lo menos no fueron a peor. Gracias a las tablas.
Como nota absurda, me gustaría reseñar la de calvos y poco pelos que hay hoy en día en el mundo del metal. Pelo rapado y perilla (barba) debe de ser moda ahora......en fin, están locos estos romanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario